jueves, 27 de diciembre de 2012

PROPÓSITOS DE AÑO NUEVO

Mi futura vida laboral es una página en blanco.   Que volveré a trabajar es algo sobre lo que no albergo ninguna duda;  pero en qué trabajaré es toda una incógnita para mí.  Dedicada a la crianza de los niños y a las labores del hogar, no pienso mucho en el tema, pero en ocasiones, cuando abro mi portátil y entro en este blog dispuesta a escribir, me quedo mirando la pantalla en blanco, luminosa, y mis dedos se quedan inertes sobre el teclado mientras me doy cuenta de que no sé qué quiero escribir y no sé en qué trabajaré el día de mañana.  Cuando esto ocurre, aunque confieso que siento cierta frustración, opto por darme una vuelta por otros blogs ó páginas web de mi interés, y me olvido del tema.  Pero hoy, me apetece escribir sobre ello.  Quizá sea debido a que se acaba el año, y a que los propósitos para el año nuevo ya comienzan a tomar forma en mi cabeza.   Os contaré lo que ando planeando:  dado que no cuento con mucho tiempo libre, me voy a limitar a fijarme dos objetivos: repostería  y fotografía.  La fotografía me ha gustado desde siempre, y la repostería es un capricho nuevo.  Muffins, cupcakes, macarons, tartas de fondant... repostería creativa.  Me imagino cual protagonista de "Mujeres Desesperadas" dándole la bienvenida a una nueva vecina con una bandeja repleta de deliciosos muffins de chocolate y canela... jajajaja. Y en lo referente a la fotografía, quiero aprender a manejar algún programa que me permita perfeccionar mis fotos.  Photoshop.  Creo que no son propósitos inalcanzables ¿verdad?... bueno lo de la repostería lo veo más difícil porque cuando llega la hora de la verdad, ponerme en la cocina me da mucha pereza.  No obstante, ya me he comprado una caja de "Royal" de cupcakes para romper el hielo;  prefiero empezar por algo fácil.  Y ahí está, esperando en la despensa... Pues eso, que si logro hacer pasteles bonitos serán inmortalizados en las fotografías profesionales que pretendo hacer.
El futuro es incierto y el futuro en la vida laboral, más.  La crisis ha provocado que muchas personas hayan cambiado de profesión.  Dinero hay que ganar y si no se puede trabajar en aquéllo para lo que un@ se ha preparado, se trabaja en otra cosa.  La crisis también ha provocado que muchas personas en paro, ocupen su tiempo estudiando para posteriormente tener más oportunidades de encontrar un trabajo. Tengo por delante un año y medio hasta que empiece a intentar incorporarme en el mundo laboral.  Ignoro si tendré que cambiar de registro;  hasta la fecha mis trabajos se han limitado a administrativa en varias empresas y a teleoperadora.  Pero lo que tengo muy claro, es que deseo sentir pasión.  Quiero entusiasmarme.  Ya sea tanto en mis propósitos para año nuevo como en cualquier trabajo que realice.  En el trabajo, como en la vida, hay que dar el cien por cien.  La pasión y el entusiasmo son claves para que el tedio no inunde los días.  Estar a gusto, tener disciplina y hacer las cosas lo mejor que se pueda es fundamental para llevar a cabo y con éxito cualquier empresa.  Un trabajador aburrido es un trabajador sin ganas de trabajar.  Y reconozcámoslo, no hay nada más triste que levantarte cada día sin ganas de ir a trabajar. Para ser feliz es indispensable vivir en armonía;  tanto en lo personal como en lo profesional, y para alcanzar la armonía hay que tener ganas.  Ganas de seguir.  Y si se tienen ganas de crecer, mejor. Cuántas más ganas le echemos, más éxitos alcanzaremos.  Esta Nochevieja brindaré por el Año Nuevo, por mis propósitos, y por que todos le echemos ganas y alcancemos nuestras metas.  Chin chin.

lunes, 24 de diciembre de 2012

FELIZ NAVIDAD

Un techo que nos proporcione cobijo;  Ropa que nos dé abrigo;  Alimentos, para saciar nuestra hambre;  Y bebida para calmar nuestra sed.  Satisfechas nuestras necesidades más básicas, no importa si estas Navidades son más o menos austeras;  lo que de verdad importa es estar aquí.  Importa tener salud.  Importa tener ilusión y ganas de vivir.
Paz, Amor, Armonía, Familia.  Esa es la esencia de la Navidad.  Que todos podamos gozar de la Navidad es lo que importa.
Felices Fiestas.  

martes, 18 de diciembre de 2012

MIS MELLIZOS YA TIENEN UN AÑITO

Las Navidades están a la vuelta de la esquina y yo estoy deseando poner el árbol de Navidad.  Este año si Dios quiere, van a a ser unas Navidades especialmente felices.  Me siento muy ilusionada.  Es cierto que el año pasado ya tenía a mis pequeñines conmigo, pero qué queréis que os diga, dos bebés de menos de un mes de vida y que no paraban de llorar, dejaron a la Navidad en un muy discreto segundo lugar.  Había mucho que hacer.  Muchos lloros que calmar;  muchos pañales que cambiar;  muchos biberones que dar;  Fue increíble. Indescriptible. Nunca imaginé lo que dos bebés podían llegar a cambiar una vida.  No es que me cambiaran la vida, es que se convirtieron en mi vida.  Desde que tras salir del hospital entramos por la puerta de casa, no hubo nada más que ellos.  Los bebés.  Ni siquiera recuerdo  bien aquellas primeras semanas.  Lo que sí recuerdo es  que la vida se convirtió en una frenética  carrera de atenciones a los bebés.  También recuerdo que muchos días, cuando mi marido llegaba de trabajar al medio día, nos bajábamos a pasear al parque y de paso nos comprábamos la comida en "comidas para llevar" y nos la comíamos sentados en un banco.  No tenía tiempo para cocinar. Ni para limpiar,  que recuerdo que empleé la ayuda de dos mil quinientos euros que me dio el estado por parto múltiple, en una chica que venía dos veces a la semana para limpiarme la casa. Y fue una acertadísima inversión,  porque lo que realmente necesitaba era eso, ayuda en la limpieza, que no exagero al decir que no podía ni limpiar un wáter.  Recuerdo las noches, con las tomas cada tres horas... los lloros en mitad de la noche... ¡¡el sueño!!  ¡¡Qué sueño que teníamos!!... pero cuando lo pasaba mal  era cuando estaba sola y no podía coger a los dos a la vez.  Eso sin duda era lo peor.  Estar dando un biberón a uno, y tener a la otra llorando desconsolada me daba muchísima pena... que mal lo pasaba.  Cuántas veces llegaba mi marido de trabajar y nos encontraba a uno tomando y mi y al otro llorando... muy triste.  Ese fue el motivo por el que no les dí el pecho.  Porque el biberón se lo bebían más rápido.  Y el sacaleches... ¡qué rollo!. Sí, eso también lo recuerdo.  Así pasaba los días, sacándome la leche, dando el biberón, cambiando los pañales, y cogiendo a uno, y la otra, y vuelta a empezar. Era bonito. Y aunque reconozco que había momentos de gran estrés y de gran cansancio, cuando encontraba un ratito de calma, lo disfrutaba y no se me olvidaba nunca lo afortunada que había sido.  Y así como quien no quiere la cosa ya ha pasado un año.  Me da pena lo rápido que ha pasado...¡si parece que fue ayer!...Ha sido un año muy  intenso y  el mejor de mi vida.   Es un tópico pero es que es así, mis niños son lo mejor que me ha pasado y me encanta ser mamá  a jornada completa.  Pero bueno, que para ser verdaderamente sincera, debo confesar me suelo quejar bastante de que ¡no tengo tiempo de nada!... es verdad, entre los niños, la casa, la comida... nada.  Me puedo pasar semanas sin poder entrar aquí, por poner un ejemplo... pero bueno, con ganas, más tarde o más pronto se encuentra un ratito.  Pero cuesta encontrarlo.  Y lo mismo me ocurre en  otros ámbitos de la vida, que tengo que tener mucha paciencia porque con los peques "ya está todo  pescao vendido" ;).  Me falta tiempo para mí misma pero poco a poco lo voy consiguiendo.   No obstante, esa carencia queda sobradamente compensada con todo lo que me dan dan.  Es amor de madre, lo sé, pero no hay palabras para describir lo que siento cuando entro en su habitación y los dos me esperan sonrientes en la oscuridad, o cuando mientras voy haciendo cosillas y asomo la cabeza por la puerta del comedor para ver qué hacen en su parque infantil y los dos dejan lo que están haciendo para mirarme sonrientes y expectantes a que me acerque a decirles cositas..Son mis dos tesoros, y sus sonrisas y su felicidad lo son ahora todo para mí.  Aunque como persona humana que soy, a veces se me olvida y me quejo, pero... ¿acaso alguien no se queja?...
Como decía, ya tienen un añito... un añito.  Lo volvería a vivir todo otra vez.  Con más calma.  Más experimentada... jajaja... seguro que volvería a ser todo como  un mágico caos.  Ah! recuerdo también que muchas madres me solían decir que teniendo ellas uno, no se imaginában cómo sería tener dos a la vez y yo les contestaba que yo lo que me preguntaba es que si yo con dos andaba medio loca, cómo lo llevarían las que tenían tres a la vez... jijiji.... pues al principio triplemente estresadas y luego triplemente  orgullosas y felices.  Un hijo es un regalo.  Dos hijos son dos regalos.  Tres hijos son tres regalos...