domingo, 27 de enero de 2013

TRABAJAR LOS DOMINGOS

Es difícil no ir a comprar el domingo cuando sabes que está todo abierto.  Entre que por un lado la casa "se te cae encima", entre que por las tardes hace más frío para ir al parque, y que en una sociedad consumista como es está en la que vivimos, ir al centro comercial es una gran tentación.  Dicho esto, opino que los centros comerciales no deberían abrir en domingo.  Siento verdadera lástima por todas esas personas a las que les ha cambiado la vida por culpa de los poderosos.  Siento lástima por todos los niños que desde ya, cuando llegue el fin de semana no podrán disfrutar a tiempo completo de sus papás.  Y siento la misma lástima por sus papás, que no podrán disfrutar de sus niños durante el fin de semana.  Tanto que se les llena la boca al hablar de la familia y los valores y lo importante que es que ésta siga siendo el pilar de la sociedad, van y los domingos que son por antonomasia el día de la semana reservado para pasarlo íntegramente en familia, pasan a ser un día laboral más, con lo que han conseguido que de ahora en adelante, los miembros de muchísimas familias, no podrán pasar juntos ningún día completo en toda la semana. Eso no es pensar en la familia.  Eso no es conciliación.  Eso no es pensar en los ciudadanos.  Eso es ejercer el poder sin importar a quién perjudique.  Precisamente que en estos tiempos de crisis tomen esta medida todavía me resulta más irónico, pues si no tenemos dinero para gastar no  vamos a gastar más porque esté todo abierto, o quizá sí. pero no debería ser así.  Ir de compras no debería ser tan tentador.  Adquirir productos no debería ser tan placentero.  Pero lo es.  No hay duda.
Me asombra la cantidad de gente que está satisfecha con que se abra los domingos.  A mí parecer, se empieza por los centros comerciales, se continúa con los supermercados y de aquí a diez años los domingos dejan de ser festivos.  Aterrador.  Empleo la palabra aterrador porque no puedo evitar rememorar mi infancia.  En mi infancia todos los domingos los pasaba en familia.  Algunos domingós íbamos a comer al campo, otros a casa de los abuelos, y cuando el día salía lluvioso, nos quedabamos jugando en casa.  Siempre con papá y mamá.  SIEMPRE.  Además mi padre trabajaba los sábados por la mañana, con lo que el domingo era el único dia que realmente podíamos pasar todos juntos.  En aquella época al ser una niña no me daba cuenta de lo importante que es la familia.  Y ahora que me pongo en la piel de todas esas madres y padres que van a tener que dejar a sus familias los domingos para ir a trabajar porque así unos pocos (o muchos) lo han decidido, me entra nostalgia.  Nostalgia por los viejos tiempos.  Nostalgia por lo que estamos perdiendo.  Nostalgia por lo que no podrá ser.  
Los tiempos cambian, la sociedad cambia y hay que adaptarse.  O mejor dicho, hay que acatar las normas que nos imponen.  Si los poderosos quieren que trabajemos los domingos, no nos queda otra que obedecer.  Sumisión.   No obstante, ellos seguirán pregonando lo importantes que son los valores y la familia.  Pamplinas.  ¿Todavía alguien cree que les importamos?...¿ no dice la Biblia que Dios dio nombre a los días de la semana conforme creó el mundo y al séptimo día durante el cuál descansó lo llamó domingo?... 
Feliz tarde de domingo a los que no tengáis que currar.