Empecé a reciclar papel en el año 1994. Lo recuerdo con exactitud, porque fue una profesora del instituto quién me concienció; y yo, que por aquella época ya era consumidora habitual de numerosas revistas, las acumulaba para llevarlas posteriormente al contenedor del reciclaje. En la actualidad lo reciclo casi todo. No me supone ningún esfuerzo separar cada tipo de residuo, ni llevarlo luego a su correspondiente contenedor. Ya lo hago por inercia. Una cosa más de la vida cotidiana. Me siento satisfecha de reciclar y miro con ojo crítico a aquél que no lo hace. Ante quién no recicla, suelo presumir de hacerlo con el único fin de despertar admiración y de que tome ejemplo. Pero si algo he aprendido en esta vida, es que si una persona no siente la conciencia de lo necesario que es para nuestro medio ambiente el que lo cuidemos, de lo necesario que es a día de hoy el que hagamos un uso responsable de los recursos que la naturaleza nos ofrece, y de que es una necesidad el que depositemos en los contenedores de reciclaje los residuos inorgánicos para los que están destinados, nunca lo hará. En mi entorno, creo que la gran mayoría no recicla. Se excusan en tonterías varias, como la pereza, la falta de espacio en sus cocinas, o incluso algunos dicen no reciclar por ser todo un negocio para que otros se enriquezcan (...), y salvo los que piensan esto último, el resto termina haciéndose la vaga reflexión de que deberían reciclar. Pero no lo harán. La realidad es que pasan del tema olímpicamente. No sienten en su conciencia ningún remordimiento al arrojar al mismo cubo de basura los restos de comida junto con el tetra-brik de la leche, el bote de coca-cola, el envase del jamón de york, las pilas gastadas del despertador, la botella de vino que es de cristal, el periódico del día anterior, y un largo etcétera. Largo sí, porque calculo que aproximadamente un 80% de la basura que se genera en una casa se puede reciclar. O por lo menos en la mía. Y si no siente ningún remordimiento ¿por qué van a reciclar?
Cambiando ligeramente de tema, os cuento que el otro día estuve en casa de una amiga que no recicla nada, y fui testigo de cómo gastaba una cantidad ingente de agua para fregar tres vasos y cuatro platos. Petrificada, le pregunté si se daba cuenta de la cantidad de litros de agua que gastaba para enjuagar cada vaso, y ella sonriente me contestó que sí. Que sabía que era una barbaridad pero que no lo podía evitar; era una manía suya y nunca veía el vaso lo suficientemente enjuagado. Lejos de reírme la miré con cara de "ya te vale" y le dije que en futuro no volvería a hacerle compañía mientras fregaba los platos. Al día siguiente, hablando con ella por teléfono me dijo con buen humor que menos mal que yo no estaba en esos momentos en su casa, porque en un despiste se había dejado el grifo abierto durante unos cinco minutos. Yo cambié inmediatamente de tema. Al igual que ella no puede evitar derrochar agua de manera insolidaria, yo no puedo evitar enfadarme porque lo haga. Y como mi amiga que es un ejemplo al azar, hay miles. O peor, millones.
¿¿por qué la gente no se conciencia con el medio ambiente??, ¿¿por qué pasan de todo??
¡¡ Si todavía no es demasiado tarde para empezar a reciclar !!, pero claro, cuando sea demasiado tarde le echarán la culpa al gobierno (de turno).