martes, 6 de noviembre de 2012

FUERZA PARA VIVIR

El cuerpo del ser humano es frágil, quebradizo.  Somos tan vulnerables a la muerte que en cierto modo, no merece la pena detenerse a reflexionar sobre ello.  Cuando llega el momento, llega.  Sin embargo, en contraposición a la debilidad del cuerpo, el alma del ser humano es asombrosamente fuerte.  Somos capaces de soportar cualquier situación en la que el azar se encapriche de colocarnos.  Todos los días amanece, y todos los días nos levantamos y seguimos en nuestras vidas ya sean estas dichosas ó tristes, buenas ó malas, fáciles ó difíciles.  Ocurre con frecuencia que contemplamos al prójimo y a las circunstancias en las que se encuentra su vida, y el pensamiento "yo no podría"es sincero en ese momento  pero la realidad es que sí podríamos, porque en la vida muchas veces no hay otra posibilidad que avanzar con lo que te ha tocado en suerte.  Ayer me encontré con alguien cuya vida despertó en mí una mezcla de compasión y admiración debido a lo dramático de sus circunstancias.  Dramático para mí, que lo veo desde fuera;  para ella, su vida.  Su día a día y su razón de vivir.  Sus hijas mellizas que tienen ya siete años y a las que querrá con todo su corazón padecen la enfermedad de autismo profundo.  Que golpe más duro de la vida.  No alcanzo a imaginar cómo tiene que ser.  Y ella, una auténtica madre coraje que las atiende y las cuida y además sale cada día a trabajar con una sonrisa en la cara me contó su historia con una absoluta naturalidad.  Fue una conversación intrascendente entre madres de mellizos que se cuentan lo que sus niños hacen y dejan de hacer.  Conversación intrascendente para ella, pero no para mí.  La vida.  Cuando todo va bien, todo va bien.  Pero cuando se complica, no importa cuán grande sea la complicación, que por las mañanas nos levantamos de la cama, sacamos fuerzas y seguimos adelante.  No hay más opciones que seguir.  Y sobre todo cuando se trata de sacar adelante a un hijo.  Ahí no hay lugar para las lamentaciones.  Sólo puede haber espacio para el optimismo, la fuerza y el amor.  Y se sale adelante, claro que sí.  Porque somos fuertes y nos adaptamos y sobrevivimos a cualquier situación. Como he dicho al principio, el cuerpo del ser humano es frágil pero el alma es fuerte, y esa fortaleza nos empuja hacia adelante y nos ayuda a afrontar las adversidades en las que nos vayamos encontrando.  Nuestra vida sigue;  pase lo que pase;  llueva ó brille el sol. Y podemos.

4 comentarios:

X dijo...

Claro que podemos. Es eso o quedarnos en la cama y esperar que el mundo se pare, cosa imposible. Así que salimos (con una sonrisa igual es demasiado pedir xD) y bregamos con la vida, que no es poco.

Pilar Abalorios dijo...

Podemos, claro que podemos, con lo que nos echen, con lo que nos caiga encima, y si alguien te echa una mano, sea en forma de charla amena o sonrisa, a veces, incluso con esperanza además de tesón.

Tequila dijo...

Podemos, solas o acompañadas, con la vida y con mucho más.
Podemos.
Besos!

Juan Rodríguez Millán dijo...

No creo que haya otra forma de encarar los problemas. Esconderse debajo de la sábana no los va a solucionar. A por ellos, por complicados que sean. Y qué mejor caso que el que has descrito, impacta y emociona. Me alegro de que siga hacia adelante.