jueves, 20 de octubre de 2016

APRENDIENDO A VIVIR

"¿A qué mundo os he traído?" me pregunto a menudo.  En un mundo en el que nada es seguro excepto el cambio, habéis de saber que no hay camino sin curvas, sin obstáculos, sin cuestas.  No hay que dar nada por sentado. Para bien o para mal, cualquier cosa puede suceder.   No os puedo prometer una vida fácil, pero sí os puedo decir que caminando hacia adelante, se llega.  
Mi vida es complicada pero no por eso me gusta menos vivirla.  Vosotros me dais la fuerza para seguir adelante.  Tengo muchas ganas vivir, de disfrutar, de compartir.  Muchas veces, a causa de los acontecimientos en los que me veo inmersa, me acucia el miedo.  El miedo al qué pasará; al cómo saldré de ésta; al  ¿y si no lo consigo? ... El miedo es inevitable. Todos hemos tenido miedo alguna vez.   Las personas necesitamos sentirnos seguras;  necesitamos saber que vamos a estar bien, que no nos va a pasar nada;  que todo se va a arreglar. Por eso cuando nuestro bienestar se tambalea y perdemos el control de la situación nos ponemos nerviosos y nos asustamos.  Necesitamos que todo vuelva a ser como "antes".  A veces eso no es posible, y es entonces cuando tenemos que sobreponernos al miedo y seguir hacia adelante. Sin tregua. Hay que convertir el miedo en la herramienta que nos ha de servir para fabricar coraje, fuerza y voluntad.  El qué sucederá después es una incógnita, pero nuestra actitud ha de ser fuerte, pragmática, perseverante y positiva.  Porque pase lo que pase, mientras estamos vivos, es vital aceptar nuestras circunstancias, sean estas las que sean. Y pase lo que pase, os digo que se puede.  Las personas podemos con todo. Salimos adelante.
Deseo con toda la fuerza de mi corazón que la suerte esté de vuestro lado.  Deseo de todo corazón que no sufráis demasiado.   Alguien me dijo una vez, antes de teneros a vosotros, que una vez un niño nace, ya le puede pasar de todo.  Hay que vivir el presente y no pensar en las cosas malas que nos pueden pasar.  Pero debéis saber algo muy importante:  en la vida pasan cosas maravillosas.  Cada dia de vuestra vida, es una oportunidad para sentir, para aprender, para reir, para sorprenderos, para disfrutar.  El mundo esta lleno de personas maravillosas y extraordinarias y no tengo ninguna duda de que a lo largo de vuestros días, vais a conocer a muchas y vais a formar parte de muchas comunidades y vais a vivir miles de experiencias.  Algunas increíbles y otras no tanto, pero todas ellas formaran vuestro mundo, vuestra vida.
Tengo trabajo que hacer.  Sois pequeños e indefensos, y si hay algo fundamental que os debo inculcar  son los valores.  Quiero ayudaros a entender el bien y el mal.  Enseñaros a valorar lo que tenéis.  El respeto y el amor al prójimo.  La disciplina en el cumplimiento de vuestros deberes y la defensa de vuestra libertad.  Quiero daros lo mejor de la vida.  Quiero daros diversión, despertar la pasión por aquéllo que hagáis.  Quiero que la compasión anide en vuestros corazones y que la empatía os haga ser buenas y justas personas.  Y sobre todas las cosas quiero que seáis felices. La felicidad no es estar contentos todos los días.  La felicidad puede que sea un conjunto de actitudes y filosofias.  Una forma de aceptar lo que uno es y lo que uno vive y lo que uno tiene.  Estar triste unas veces y contento otras.  Vivir en armonía, en paz y con ganas. 
Aunque a veces no veamos una salida, con el transcurso del tiempo te das cuenta de que la vida vale la pena.  La vida es lo único que tenemos y puesto que solo vamos a vivir una vez, hay que tratar de hacer las cosas lo mejor que podamos.  Y ver siempre el lado bueno de las cosas.
Os he traído a un mundo lleno de colores, lleno de sabores, lleno de oportunidades y lleno de sueños. Y si alguien sueña y camina hacia adelante, esa es vuestra madre.  Siempre hacia adelante.  Siempre con vosotros. Y siempre con amor.

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