jueves, 2 de febrero de 2017

SAMANTA VILLAR Y LA MATERNIDAD

Samanta Villar hace unas declaraciones sobre su experiencia en la maternidad y mamás de toda España se le "echan encima" porque no comparten sus sentimientos y opiniones.  Se trata entonces de unas declaraciones polémicas, desafortunadas, sinceras.  Yo voy a defender a Samanta Villar porque tiene derecho  expresar lo que siente aunque no sea lo políticamente correcto.  Las declaraciones que han provocado la reacción airada de muchas personas son las siguientes: "Tener hijos es perder calidad de vida",, "yo no soy más feliz ahora de lo que era antes"  "Hay un relato único de la maternidad como un estado idílico que no coincide con la realidad y estigmatiza a las mujeres", "ahora es demasiado tarde, ahora soy madre y hay que apechugar" - esta última afirmación me provoca un par de sonoras carcajadas-.  Desconozco cómo ha vivido Samanta sus inicios en su rol de mamá de mellizos. Sus pequeños cuentan un año de edad,  lo cuál me hace suponer y más leyendo lo que dice que no ha sido un año fácil para ella.  La experiencia de ser madre es única para cada persona.  Cuando tras recibir el alta hospitalaria llegas a tu casa con tus dos bebés, la vida que conocías ya ha quedado atrás, para siempre.  Entras en tu hogar y nada es a ser lo que era.  Y repito que para cada persona la experiencia es única.
Mi experiencia desde luego fue increíble.  Y no por maravillosa precisamente -sonrisa irónica-.  Ha pasado mucho tiempo y no recuerdo bien aquellos días y meses, pero sí sé que fueron unos inicios duros.  Extremadamente duros.  Sé que para mí fue más duro que para otras mamás.  Y no hay nada malo en reconocerlo.  No veo porque ha de ser un tema tabú el decir que ser madre resultó una especie de pesadilla debido al agotamiento físico y emocional que se me vino encima.  Al igual que cada madre es única, también es único cada niño.  Recuerdo que al principio, cuando mi marido llegaba al medio día a casa a comer, me encontraba aún en pijama, con los bebés llorando y completamente desesperada.  Y en muchas ocasiones comíamos un bocadillo en el parque porque no había tiempo de nada más.  Eran unos bebés que reclamaban muchísima atención.  Y que nadie me diga que todos los bebés reclaman atención, porque eso ya lo sé.  Pero hay bebés que por sus circunstancias y su naturaleza reclaman más atención que otros y eso es así.  Punto. Y la manera de reclamar atención no es otra que llorar, y llorar y llorar.....El llanto de uno calmaba al otro y así todo el tiempo.   Pues bien, en esos ratitos de parque y bocadillo, recuerdo perfectamente que le comentaba a mi marido lo contradictorios que eran mis sentimientos.  Me sentía agradecida de ser madre, pero al mismo tiempo me sentía mal porque estaba muy desesperada.  La situación se me escapaba de las manos y sentía que no podía más.  Hasta recuerdo que pensaba "Dios, ¿esto es ser madre? " "si no puedo ni respirar...". "Para esto quería yo ser mamá...;  si no puedo más...".
Fue muy duro.  Es la verdad.  Ojala hubiera sido más dulce, pero no.  En mi caso fue insufrible.  Y yo era muy consciente de que la maternidad no era para mí lo mismo que para otras mujeres.  Yo sabía que lo que yo estaba viviendo era excepcional.  Más duro y desesperante que para la mayoría de las mamás.   Claro que ahora tiene su explicación.  Uno de mis dos bebés,  el más llorón,  el que "no me dejaba vivir", jejeje pobrecito...  ser un bebé con autismo debió de ser para él muy difícil y por eso lloraba sin parar.  Mi bebé al igual que yo, estaba desesperado.
Lo que yo viví y sentí, solo yo lo sé.  Y no soy peor madre por decir que fue una pesadilla.  Y no quiero menos a mis hijos por decir que de haber sabido cómo me iba a cambiar la vida habría aprovechado mucho más el tiempo.  A toda mujer le cambia la vida la llegada al mundo de su bebé pero a cada mujer le cambia de una manera.  Ese es el quid de la cuestión.  Y eso no hay que ponerlo e duda.
Critican a Samanta Villar por sus declaraciones. Informan de que ser madre está por encima de salir a cenar, ó ir de copas, o viajar, o hacerse la manicura.  Por supuesto.  Los hijos tienen que ser prioritarios siempre, pero para algunas mamás, decir que la maternidad resta calidad de vida tiene un sentido más profundo.  No obstante, Samanta Villar me parece una mujer agradable, espontánea, sincera, afectuosa y cercana y con todo el derecho a contarnos su experiencia como mama, con sus penas y alegrías.  Y probablemente algunas de las afirmaciones que hizo, las hizo con la humildad y el sentido del humor que la caracterizan.  Un hijo es lo más grande que nos puede dar la vida.  Siempre he dicho y continúo diciendo  que un hijo es un regalo.  Eso no significa que la maternidad de ese hijo vaya a ser ni mucho menos un camino de rosas.  Y contarlo no debería ni ser un tabú ni tendría que ponernos en el centro de la diana de críticas y prejuicios.  Ser madre no exime de ser persona con sentimientos y emociones dispares y únicas.

sábado, 28 de enero de 2017

D.E.P. BIMBA BOSÉ

La perdida de un ser querido provoca en las personas una de las emociones más tristes que experimentamos en la vida.  Una persona a la que queremos, que forma parte de nuestra vida, que si se trata de un familiar directo, ya sea un padre, madre, sobrino, tío, hijo...  un familiar sin el que no podemos imaginarnos vivir, el dolor se intensifica.  Ya no volveremos a ver a esa persona nunca más. Hayamos o no pasado por ese trance, cualquiera de nosotros puede imaginar cuán grande a de ser el dolor que provoca esa perdida.  La desesperación.  Decir adiós a quién quieres y necesitas en tu vida. Decir el último adiós.  
Cuando se muere alguien ajeno a nosotros, el dolor no nos llega.  Nos puede apenar el pensar que ya la vida de esa persona llegó a su fin.  Nos puede apenar el ponernos en la piel de sus familiares que tristemente lloran su perdida.  Y nos puede apenar el saber que a todos nos va a llegar nuestra hora. Nos apena y como suele decirse, de alguna manera les "acompañamos en el sentimiento".  Les acompañamos en su duelo.  Les comprendemos y sentimos compasión.
La muerte de una persona es un acontecimiento sagrado que ha de ser respetado en sumo grado y aquel que lo vilipendia faltando el respeto, insultando, riendo o celebrándolo tiene que estar  cometiendo un delito contra el derecho al honor de la persona. 
 Hoy en día cualquiera puede opinar, juzgar, criticar y pronunciarse acerca de lo que sea a través de las redes sociales, lo cual está muy bien y la libertad de expresión es maravillosa.  Pero existen unos limites que no pueden ser sobrepasados.  Insultar, denigrar, reírse de una persona fallecida no es libertad de expresión es maldad.  Es querer hacer daño.  Es querer hacer daño donde más duele. Y es un acto que bien merece ser castigado.  La condición humana abarca múltiples facetas entre las cuales se encuentran la falta de empatía, la crueldad y la maldad que unidas dan lugar a comportamientos miserables y viles que hay que erradicar.  Hacer daño de esta manera no puede de ser gratuito y libre. No se puede tolerar. 

Dedicado a ti, Bimba Bosé.  Descansa en paz.

lunes, 23 de enero de 2017

QUE BELLO ES VIVIR

Que bello es vivir.  En el ondulante camino lleno de obstáculos qué es la vida, desvío la mirada hacia un lado del camino, y mis ojos se encuentran con las  bellezas que ofrece la vida.  La naturaleza, por ejemplo, es indiscutiblemente bella.  Y no hace falta que uno se vaya muy lejos para poder disfrutar de ella.  Si agudizas la mirada, en cualquier parque de tu ciudad seguramente podrás encontrar ejemplares magníficos de árboles hermosos.  Cuando voy al parque, más de una vez me he quedado embelesada  contemplando los altos y frondosos abetos que poseen una belleza íncreíble.  Y las palmeras y sauces que se proliferan por doquier.  Todo lo que sea verde es fascinante.  Bello.  Y apreciar la belleza de la naturaleza es tan sencillo que solo tenemos que fijar bien la vista y dejarnos llevar.
En ocasiones, el simple hecho de salir de casa y sentir el aire libre en nuestra piel, el calor del sol sobre nuestras cabezas es ya por si solo un auténtico placer.
Saborear la vida produce satisfacción.  Valorar todo lo que tenemos produce satisfacción.  Disfrutar de los pequeños y grandes momentos produce satisfacción.  
Miles de frases de motivación circulan por internet y muchas de esas frases  transmiten mensajes cuya intención es ayudarnos a disfrutar de la vida.  Y estas frases llegan todos y cada uno de los días de la vida, pues las personas, en mayor o menor medida las necesitamos.   La rutina, los problemas y el aburrimiento nos abruman y nos obcecan haciendo que se nos olvide que estamos vivos y que podemos salir de nuestro pequeño e  íntimo mundo y acercarnos al disfrute de las pequeñas y grandes oportunidades que nos ofrece la vida. Es fácil que una se pierda en la vorágine de quéhaceres que el día nos depara, un día, y otro, y otro... pero el secreto está en saber encontrar dentro de esa vorágine, la belleza qué no siempre  sabemos apreciar.  Las prisas y las obligaciones son nuestro pan de cada día.  No podemos escapar de nuestras responsabilidades y de nuestras rutinas pues son lo que conforman nuestra razón de ser, nuestra vida en el sentido funcional de la palabra.  De lo que sí que podemos y debemos escapar es del aburrimiento que viene a ser el principal enemigo del disfrute de la vida.  Realmente todo está en la mente.  La búsqueda del sentido de la vida, la búsqueda de la felicidad... ¿acaso no es lo que todos buscamos? ¿qué buscamos exactamente? Pero si supuestamente yo ya tengo todo lo que quería.... por qué ando todavía buscando y necesitando algo que me hará sentir SATISFECHA.  Porque se me olvida apreciar lo bello que es vivir y la suerte que tengo de estar aquí.  Cada día que pasa aprendo a disfrutar más y más de las pequeñas cosas, de los pequeños momentos y de las personas que me rodean.  Los niños, el ir y venir, las peleas... es la vida.  Sin esa vida nada sería lo que es.  Sin nuestras rutinas no seríamos los que somos.  Y bien miradas con el corazón, las rutinas son hermosas.  Y hermosos son también los inestimables momentos para una misma.  Ya sea el sumergirme en la lectura de un libro, o el ver un ratito la tele, o el saborear un trozo de chocolate, ó el escribir una entrada para este blog, o muchas más actividades, me proporcionan un disfrute que no tiene precio.  Para disfrutar de la vida es indispensable vivirla con pasión y con los ojos bien abiertos.   Mi corazón late, la vida es bella y quiero disfrutarla al máximo.  Esto es lo importante. 

viernes, 20 de enero de 2017

VIVIR Y ESAS COSAS

En el centro del huracán de las emociones, todo gira, nada permanece, la realidad se dispersa...

Intento aferrarme a una realidad solida pero no puedo, sigo evadida, diluida en las confusas profundidades de mi mente.

No poder agarrar el volante para conducir tu vida y tener que dejar que ésta te lleve por dónde te tenga que llevar en ocasiones desequilibra.

A merced de aquéllo que el destino me tiene preparado, seguiré escribiendo día a día las páginas en blanco de esta vida loca que me ha tocado vivir.

Pase lo que pase, al final del día te das cuenta de que lo importante es vivir. 

domingo, 11 de diciembre de 2016

FRASES DE MAMAS DE HOY.

Estaba el otro día en el parque conversando con una mamá mientras  nuestros hijos jugaban en el tobogán, cuando los niños empezaron a pelearse como tantas otras veces.  En esta ocasión, la discusión, gritos y llanto fueron causados porque mi niña le decía a su amiguito que no podía subir al tobogán porque era un niño.  Y el tobogán era para las niñas.  El niño se lo tomó muy, muy a pecho llorando y chillando lleno de pesar. Cuando su mamá le preguntó porque lloraba, él le explicó lo que ocurría y añadió que él quería subir al tobogán.  Y que él quería ser una niña.  Ante esta última declaración la madre no pudo evitar soltar una carcajada al tiempo que contestaba a su hijo con la siguiente frase: 
- "Ay hijo, pues eres un niño ¿que le vamos a hacer?... ahora eres un niño, cuando seas mayor yaaaa..." .PUNTOS SUSPENSIVOS.  No terminó la frase.  Nos miramos y nos echamos a reír. Comentamos lo imposible que era esa frase pronunciada por una madre hace treinta o cuarenta años.  Lo que hemos avanzado para hablar así.  Como ha cambiado la vida desde nuestra infancia.
Me encanta encontrarme con personas de mente abierta y tolerante.  Solo fue una frase,  pero esos puntos suspensivos dejaban  traslucir  libertad e incondicionalidad.  

viernes, 2 de diciembre de 2016

DIA INTERNACIONAL DE LA DISCAPACIDAD

- "Mira qué mariposa más bonita he dibujado" le dice una niña entusiasmada a un niño que está sentado a su lado. 
- No puedo verla porque soy ciego. - le explica el niño   con naturalidad.

-"Oye nena quítate del tobogán que se van a tirar y te harán daño" - le dice una mamá a una niña pequeña a quien su padre se acerca y le extiende la mano a tiempo que explica a la mujer "no te obedece porque no te oye.  Es sorda de nacimiento.".

-"¿Niño cómo te llamas? ¿niño quieres jugar conmigo? - le pregunta un niño a otro que lo ignora completamente.  Su mamá acude a ayudarle "no quiere jugar. A lo mejor otro día..." .  Sí que quiere jugar, pero no puede porque tiene autismo.

-"Vamos a hacer una carrera;  hasta el patio" - dice un niño a sus amigos.  Todos salen corriendo.  Un niño que va en silla de ruedas porque es paralítico hace coger velocidad a su silla para no quedarse atrás hasta que llega a unas escaleras y tiene que abandonar la carrera.  Con la silla no puede bajar esas escaleras.

DISCAPACIDADES

Desarrollarse con normalidad y poseer todas las facultades mentales y físicas es una bendición de la que la mayoría de las personas no es consciente.

Es maravilloso ver a mi hija crecer.  Cada día está más mayor y más lista.  No para de hablar y  está disfrutando muchísimo de sus amiguitas en el cole. Lo quiere saber todo, hacer todo y disfrutar de todo.  Me encanta ver cuánta vida hay dentro de ella. Eso sí, tiene mucho caracter.  La vida es fácil con ella.  Todo fluye.  Mi hija no tiene ninguna discapacidad.  Es afortunada.

A mi hijo en cambio no puedo pararme a verlo crecer; a mi hijo lo ayudo a crecer.  Le intento enseñar todo.  Sin esfuerzo no hay aprendizaje.  Y cuando digo esfuerzo, lo digo con letras bien grandes ESFUERZO.  Su evolución no fluye con naturalidad.  Su evolución es lenta y costosa.  Cada día le repito, le ayudo, le estimulo.  Una y otra vez, una y otra vez...  El tiene discapacidad intelectual.  Autismo concretamente.  La vida con él es de otra manera.  Me cuesta encontrar las palabras que describan mi percepción de su discapacidad, porque para mí es el día a día.  Para mi es algo natural el tener que esforzarme para que él pronuncie la palabra "mamá" y cualquier otra palabra.  Para mí es algo natural el hecho de que él no pueda pintar un dibujo.  Para mí es algo natural el dedicarme a jugar con él a las cosquillas para encontrar su mirada y lograr así nuestra conexión.  Toda la dedicación que él necesita para seguir evolucionando es ya para mí algo natural.  Pero no por ser algo natural quiero decir que sea fácil, o qué no me derrumbe de vez en cuando.  O que no me canse.  Él necesita todo y yo estoy ahí para hacer  todo lo que esté en mi mano para ayudarle en su desarrollo.  Y el desarrollo con su discapacidad no tiene nada qué ver con un desarrollo normal.  Su desarrollo depende de mi.  Y de las profesionales que están con él todos los días.  Su desarrollo es muy lento y hay que trabajar mucho para seguir adelante.  Son muchas sus necesidades especiales y por suerte estamos cubiertos en el cole y con las terapias.  Sin la ayuda impagable de las profesionales, él no tendría muchas posibilidades de salir adelante.  Porque para que él salga adelante y evolucione y se pueda defender en mayor o menor medida en la vida necesita mucho, mucho trabajo.  Lograr su autonomía no es nada fácil.  En realidad nada es fácil para él.  Todo requiere trabajo, trabajo y mucho trabajo.  Y por trabajo quiero decir repetición, estimulación, insistencia o dicho de manera coloquial :  estar encima de él todo el día.
La concienciación es muy importante.  Para que el mundo sepa cómo vivímos, qué necesitamos, a qué nos enfrentamos... para que el mundo conozca qué es el autismo y cómo afecta a la persona, es necesario que los que lo vivimos lo contemos.  La concienciación ayuda a allanar el camino de las personas con discapacidad y el de sus familiares.  La discapacidad implica una lucha sin tregua para intentar alcanzar la mayor autonomía y el mejor desarrollo posible de la persona combatiendo con lo que lo impide. Y lo que lo impide es muy fuerte por lo que tenemos que ser muy fuertes y muy constantes.
Hoy 3 de Diciembre es el día internacional de la discapacidad, pues bien, yo aplaudo a las personas con discapacidad y a sus familiares por su esfuerzo y su dedicación.   Les aplaudo y les tiendo mi mano.
Concienciación, visibilidad e inclusión.  Y a seguir trabajando.  A seguir caminando...


domingo, 27 de noviembre de 2016

MOMENTOS INOLVIDABLES EN EL ASCENSOR

Entramos los tres en el ascensor; apresurados, que llegamos tarde,  como siempre.  En el reducido espacio nos recibe una vecina con  su hija.  Nos damos los "buenos días" cordialmente y ella se dirige a mi pequeño con un "hola Manolito".  Como Manolito está distraído, yo, su mamá siempre dispuesta, le saco de su ensimismamiento con un "Manolito que te están saludando.  Dile hola".  Mi hijo se gira hacia la vecina y tras mirarla decide meterle la mano por debajo del jersey para tocarle la barriga.   "Qué mano más fría" exclama riendo la vecina... "Manolito eso no se hace" corrijo yo a mi pequeño.  Entretanto mi hija se haya frente a frente con la otra niña. Ambas se miran fijamente. Tienen casi la misma estatura pese a que la otra es tres años más mayor.  De repente a mi hija le pica la nariz y....Aaaachiissss... le estornuda en toda la cara a la otra que permanece impertérrita con su dulce carita  y sus gafas de pasta que la hacen más enternecedora.  "Cariño en la cara no le estornudes" le digo yo al tiempo que la aparto por la barbilla. Mi vecina y yo nos miramos.  Sobran las palabras.  Llega la risa.  La carcajada más bien...Qué momentazos en unos segundos.  Entre risas de verdad salgo del ascensor y nos despedimos: "Qué locura de vida" y mi vecina divertida me dice adiós con la mano porque no puede parar de reir.   Mi hija también se está riendo cuando salimos a la calle.  Me mira con su carita llena de vida y me dice "le he estornudado en la cara, mamá.." y suelta unas  carcajadas. "Si cariño....." y le explico que se tiene que tapar la boca con la mano cuando vaya a estornudar, pero ella aunque atenta sigue regocijándose en su recuerdo del estornudo...
Empezamos bien el día. Con unas risas, claro que sí...